El año que no terminará
17 December 2020
El año 2020 no se olvidará fácilmente. Probablemente no hay nadie en el mundo que no haya experimentado grandes transformaciones en su vida por la pandemia del covid-19. Y es que, además de la misma enfermedad y la amenaza que representa (y representará mientras no se encuentre una vacuna efectiva que esté disponible mundialmente), los problemas económicos que trajo consigo dejaron un camino de destrucción de valor en prácticamente todos los paÃses.
En la industria del hormigón el caso no fue distinto. El sector siguió la tendencia observada por los sectores de construcción en cada contexto nacional, los que tuvieron mejor o peor desempeño de acuerdo con el nivel de bloqueo sanitario sobre las actividades.
De esta forma hubo de todo un poco en América Latina. En Perú, por ejemplo, el gobierno optó por un fuerte cierre de muchas actividades económicas, como también en Argentina. En otros lugares, como Brasil y Paraguay, las medidas fueron más flexibles y mantuvieron mejores niveles de actividad económica. El caso brasileño, que como se verá en este artÃculo fue excepcionalmente bueno en lo que es tema económico, tiene otro lado, revelado en las más de 170.000 vidas perdidas para el covid-19 cuando se cerró este reportaje.
En este artÃculo Concreto Latinoamericano realiza un análisis sobre el escenario comercial y económico del sector de hormigón premezclado en algunos de los mercados de América Latina. El retrato resultante es de mucha incertidumbre.
Impactos
En Argentina, el gobierno de Alberto Fernández decretó fuertes medidas de control sobre la circulación de personas a lo largo del paÃs. Obviamente, la decisión tuvo impactos significativos en la economÃa del sector de concreto.
La Asociación Argentina de Hormigón Elaborado (AAHE) concedió una entrevista a Concreto Latinoamericano para conocer más de cerca la intensa realidad vivida por las empresas en el paÃs.
De acuerdo con Pedro Chuet-Misse, presidente del organismo, “el sector se encontró sumamente afectado, sobre todo en los primeros dos meses. Solamente se autorizaron hormigonadas para las obras de sub-muraciones interrumpidas, y para entregas a salas u hospitales que estuvieran en ejecución a la fecha del comienzo de la cuarentena. Poco a poco en los meses siguientes se fueron autorizando distintas obras, para llegar al mes de octubre que, con un protocolo especÃfico, se ha reiniciado la actividad. Este protocolo fue realizado por nuestra institución en conjunto con la UOCRA (Unión Obreros de la Construcción de la República Argentina)â€.
De acuerdo con el lÃder del sector en Argentina, no hubo cierre de plantas en su paÃs producto de la crisis sanitaria. De igual manera, las empresas de hormigón elaborado no despieron personal, debido a una normativa del gobierno nacional que protegió los contratos de trabajo.
“Esto ha hecho muy difÃcil la situación para el sectorâ€, dice el dirigente gremial. El gobierno argentino se hizo cargo de parte de los sueldos de las empresas afectadas, aporte con el cual se volvió posible – aunque no exactamente cómodo – mantener el personal contratado.
En Colombia, el problema también fue muy grave. Para Manuel Lascarro, director general de la Cámara Colombiana del Cemento y el Concreto (PROCEMCO, que antes era Asocreto), “el negocio del hormigón elaborado fue fuertemente afectado en Colombiaâ€.
“En abril cuando se adoptaron las medidas más estrictas de confinamiento, la paralización fue de un 94%. Posteriormente, a finales de ese mes y durante mayo, se empezó a dar la reactivación del sector, primero con obras de infraestructura y luego con obras de edificación, pero lo cierto es que -a la fecha de este reportaje- no hemos podido regresar a los volúmenes que se despachaban mensualmente antes de la pandemia y menos aún se recuperó el volumen dejado de despachar durante los meses crÃticos. En el último corte, a octubre de este año, el volumen de cemento destinado a hormigón elaborado es un 25% de lo que se habÃa despachado en 2019 en el año corridoâ€, afirma Lascarro.
Lo más lamentable es que en Colombia la producción de hormigón venÃa recuperándose después de tres años consecutivos de caÃdas. En 2019 las ventas de concreto volvieron a crecer, y de acuerdo con el lÃder gremial este año ha frustrado esta recuperación.
“Colombia es un paÃs que tuvo un año récord en hormigón elaborado en 2015, por sobre los ocho millones de metros cúbicos, y tenÃa un panorama promisorio de crecimiento por la gran cantidad de proyectos anunciados por el gobierno. La realidad es que el volumen decreció en 2016, 2017 y 2018, para volver a crecer en 2019 con buenas perspectivas en 2020. Es probable que este año cerremos con un número cercano a -20% con respecto a 2019, cuenta Manuel Lascarro.
Al contrario de Argentina, en Colombia no fue posible mantener el nivel de empleados en las empresas proveedoras de hormigón, y lo que es peor, hubo empresas que tuvieron que cerrar las puertas: “evidentemente, la cantidad de empleados que trabajan en la industria del hormigón elaborado está directamente en función del volumen que se despacha. En algunas ciudades importantes, como Bogotá, las plantillas se han disminuido no solo porque la demanda ha sido menos, sino porque los horarios de operación han sido restrictivos. Ya habÃa empresas que estaban trabajando muy ajustadas económicamente por la reducción del mercado a partir de 2015, y esta situación las terminó. Otras reaccionaron rápidamente y pudieron ajustar sus costosâ€.
Una sorpresa
Confirmando que la respuesta del sector concretero a la pandemia vino de la mano a la respuesta de los gobiernos al contexto de crisis, Brasil vivió un momento completamente distinto este año. Por supuesto, en un primer momento el paÃs experimentó un impacto por la pandemia y en marzo y abril la actividad económica cayó realmente fuerte.
Pero las idas y venidas del conflicto abierto entre el gobierno federal y los gobiernos de los estados han producido una situación particular. Parte del paÃs se ha mantenido funcionando casi normalmente, mientras otras partes pararon y luego reanudaron parte de la economÃa.
De acuerdo con Jairo Abud, presidente de la Asociación Brasileña de Empresas de Concreto (Abesc), 2020 sorprendió y cerrará como un año de mucho crecimiento para el sector.
“El año habÃa empezado muy prometedor, después de casi cinco años de recesión económica. Estábamos acelerando y entonces vino la pandemia. En su primer momento, el temor fue muy grande, por el riesgo de paralización de obras y cancelación de inversiones. Pero el mercado reaccionó de manera muy diferente a este pronóstico. Hubo, en realidad, un boom de consumo. La expectativa del sector es de un crecimiento del orden de un 12%. Esto se explica por la caÃda de las tasas de interés, lo que ha llevado muchos proyectos inmobiliarios a ver la luz. Sorprendentemente, la cuota de un crédito hipotecario es ahora, en promedio, menor que el valor de un mes de arriendo. Eso hizo que los proyectos subsidiados por el programa de vivienda social Mi Casa Mi Vida fueran construidosâ€, dice Abud.
Además de una histórica baja en la tasa básica de intereses de Brasil, el paÃs contó con un programa muy amplio de bono social mensual para más de 60 millones de personas durante el año. Para conocer mejor el contexto de Brasil durante la pandemia, no deje de leer el artÃculo de PaÃs Foco en esta edición.
TravesÃa
Los resultados fueron distintos de acuerdo con las respuestas más o menos restrictivas a las actividades económicas en cada paÃs (o, en el caso de Brasil, de cada región del paÃs). Pero el haber sentido el golpe de una crisis profunda trajo oportunidades al sector para ejercitar maneras creativas y propositivas de atravesar el mal momento.
Una iniciativa de la Federación Iberoamericana del Hormigón Premezclado (FIHP) dio una orientación mundial al sector de concreto para una adaptación rápida al contexto pandémico. Manuel Lascarro ha participado activamente de la construcción de este protocolo de actuación para las empresas de concreto.
“Lo primero fue poder trabajar con protocolos de bioseguridad, para mantener la continuidad de la actividad económica. Latinoamérica fue pionera en desarrollar estos protocolos para la industria a nivel mundial en abril. Lo segundo, fue ajustar las operaciones, y en ese sentido desde la Federación Iberoamericana del Hormigón Premezclado también se impartieron capacitaciones a todo nivel sobre los aspectos importantes. Y lo tercero, fue entender cómo trabajarÃamos más eficientemente en el nuevo marco derivado de la pandemia con la cadena de la construcción. Ahà entraron a jugar no solamente el portafolio de productos diseñados para ganar competitividad, como el hormigón autocompactante, sino que también, la digitalización de procesos de pedido y entrega en muchos casosâ€, afirma.
En Brasil, por su parte, el sector concretero atravesó el año con un alza en sus ventas, pero con desorganización en la cadena de proveedores. Esto fue un resultado de la recuperación súbita después de años sin casi ningún crecimiento. Las industrias del paÃs no estaban preparadas para atender de inmediato la mayor demanda en toda la cadena y el desequilibrio entre demanda y oferta provocó un aumento de precios en muchos segmentos del mercado.
“Durante los años de recesión, las empresas del sector casi no adquirieron nuevas máquinas. Pero con el retorno de la actividad, fueron obligadas a comprar equipos. Les sorprendieron dos elementos: la demora de tres a cuatro meses en la provisión de los mixers y el mayor precio. Los mixers son intensivos en acero, cuyo valor aumentó considerablementeâ€, comenta Abud.
Lógicamente, aunque la oferta de insumos se estabilice, los mayores precios tendrán que transmitirse al consumidor de concreto principalmente por el tipo de cambio, que en Brasil ha visto una devaluación de la moneda nacional muy expresiva este año, alcanzando el nivel que hoy promedia 5,30 reales por dólar.
“Muchos de nuestros insumos son dolarizados. En una fábrica de cemento, la mitad del costo de producción se rige por el dólar, como el petcoke y los equipos pesados. Lo mismo con el acero. Entonces la presión sobre los precios no termina con el ajuste de la oferta a la demanda. Seguirán altos producto de la devaluación cambiaria en Brasil. Nuestro sector tiene un pass through de precios elevadoâ€, explica el presidente de Abesc.
Perspectivas
De manera que el escenario positivo que Brasil ha vivido este año puede no repetirse en 2021, y Abud lo reconoce afirmando que los concreteros del paÃs ven el próximo año con un optimismo cauteloso.
El problema cambiario es la principal fuente de incertidumbre también en Argentina, en donde Pedro Chuet-Misse desea más que nada que la cotización se mantenga estable. “En el caso que la cotización del dólar estadounidense se mantenga sin grandes sobresaltos, la actividad privada continuarÃa con los niveles de años anteriores, condicionada a la disponibilidad de los insumosâ€, sostiene el dirigente de la AAHE.
De acuerdo con el ejecutivo, la perspectiva de inversiones públicas significativas en Argentina tiene potencial de reanimar el mercado. “Existe un programa muy ambicioso de obras públicas, que, de llevarse a cabo, permitirá un volumen de hormigón muy interesante. Entre esas obras, un lugar destacado lo tendrÃan las viviendas. Si logramos que las mismas sean de hormigón, el futuro no serÃa tan maloâ€, afirma.
Lascarro también pone énfasis sobre la posibilidad de inversiones públicas en obras para reactivar el sector. “En el caso de Colombia, el gobierno destinó recursos para subsidios a la compra de viviendas nuevas, que deberán impulsar la demanda. Asimismo, se adoptaron algunas medidas como el subsidio de nómina a aquellas empresas cuya facturación cayó en un 20% o más, reconociendo el gobierno la mitad de un salario mÃnimo para toda la plantilla, que es un valor muy inferior a lo que se vio en Europa o Estados Unidos, pero que igualmente ayudóâ€, dice.
“Esperamos que las medidas de reactivación que se han venido anunciando surtan efecto. Muy importante es la recuperación del empleo en el paÃs, porque de ahà se deriva buena parte de la inversión en el sector de la construcciónâ€, añade el director general de PROCEMCO.
Jairo Abud concuerda con la necesidad de más inversión pública en infraestructura para generar actividad, renta y trabajo.
El crecimiento económico es de hecho la gran incógnita que definirá si el buen momento de su paÃs tendrá continuidad. Más que por el mismo crecimiento en la demanda por bienes raÃces, por una caracterÃstica económica del hormigón premezclado. “Siempre que el PIB crece, el sector crece más que el PIB. Igualmente, siempre que el PIB cae, el sector cae más fuerte que el PIB. Cuando hay crecimiento, la demanda se dirige hacia la construcción industrializada y formal. En la recesión, la demanda va hacia la autoconstrucción. Por ende, en las recesiones se consume más cemento en bolsa que el concreto premezclado hecho por una empresa especializadaâ€, afirma.
“Si la economÃa sigue creciendo, nuestro sector crecerá junto con ella. Si no, el sector va a sufrirâ€, concluye.